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Cuando los rayos parten: conjunción Marte-Urano-Nodos en Tauro (feat. Saturno) — ¿Un nuevo continente?

 ¡Hola cibergente! ¿Andan bien? Extrañaba escribir para ustedes. Han sido meses muy movidos desde la última vez que vine a contarles sobre la temporada de eclipses. Pero aquí estoy. En esta oportunidad, para acercarles mi visión al respecto, aprovecho un evento astrológico de gran importancia, el cual sucede en el punto intermedio entre ambas temporadas de eclipses, la próxima a ocurrir entre octubre y noviembre de este año. ¡Comencemos!


Tauro en el Hot-Spot: la conjunción Marte-Urano aumentada por el Nodo Norte

Se están prendiendo las alarmas en la comunidad astrológica sobre uno de los eventos más avisorados del año, que es el inminente encuentro entre Marte, Urano y los Nodos kármicos. Todos los ojos están puestos para el día exacto de la alineación, el 1 de agosto, y sobre el panorama mundial al que esta conjunción acompaña, el conflicto bélico en la zona Ucrania-Rusia. Si miramos la astrocartografía del suceso, el punto más importante es el contacto de la alineación con el Medio Cielo (MC) —el punto más alto, aquel que concentra lo que crece—, la línea resultante no toca el hot-spot ucraniano, sino que conecta principalmente a Rusia y China. En el Fondo Cielo (IC) —aquello que da origen y cae o desciende—, ¿quién está? Pues Estados Unidos.
Si bien esto es real y se lleva el foco de la atención, actuando como un embudo donde parecería que absorberá toda la movida energética de este intenso combo, me gustaría que viéramos desde otro ángulo este evento.




Lo primero, es presentar a lxs protagonistas: Marte, el planeta de la fuerza de acción y reacción, motor de impulsos que nos direcciona hacia un objetivo específico, siguiendo instintos y motivaciones no-racionales —que no significa falta de lógica—; Urano, un planeta de escala transpersonal (colectiva) cuyo pulso impredecible, caótico y desorganizante, siempre implica la necesidad de invención como un factor adaptativo; los Nodos kármicos, un túnel matemático con dos arcos opuestos que forman un eje e indican en qué signos ocurren los eclipses —en este momento, Tauro y Escorpio—, actúan aquí como un ambientador-aumentador primero, y segundo como un catalizador que imprime en el evento un sentido místico, predestinado o inevitable.

Resumen: Marte es un detonador, Urano un motor de alteridad y los Nodos, oficializan el evento como el signo de una época. Pocas veces se encuentran estos tres indicadores en simultáneo. Les dejo aquí y aquí unos posts —en inglés— que analizan este evento en línea con el clima mundial. Se trata entonces de una tríada que ocurre de manera exacta el 1 de agosto en el signo Tauro, aunque para leer la complejidad, es relevante ver otras fechas y ver la progresión. Sobre todo, si consideramos que este evento se desarma a mediados de agosto cuando Marte salga de Tauro y cruce a Géminis, donde pasará un total de SIETE MESES en el signo ya que estará retrógrado y se las trae todas. Pero eso es lo veremos en otro post.




El 21/07, la Luna en Tauro hace un primer puente entre todos los actores, como quien hace una introducción. Sabemos que la Luna es siempre el nexo entre las energías más distantes (sociales y colectivas) con la conciencia personal. Ya desde el 21/07 nos encontraremos con un panorama que nos querrá acercar al evento del 01/08. ¿Y esto en qué nos afecta? Que todo este combo se aplique en el signo Tauro nos sugiere observar en qué lugar nos estamos parando, dónde y con qué nos quedamos, qué buscamos recibir, en qué nos apoyamos, qué es lo valorado. Nos interpela en las bases y lo necesario. Este día podemos esperar que todos estos actores se crucen en la escena de lo íntimo, cotidiano, familiar, doméstico o personal. Ante todo, el primer consejo es movernos despacio y con calma. Take it easy, pues en el apuro nos perdemos los detalles y ahí es donde está la trampa, la cáscara de banana que obviamos ver porque ya está vacía. Y pumba, el desliz, lo imprevisto, la derrapada. Todo esto es un tránsito que promueve un clima muy pero muy accidental y a su vez experimental.


Y te digo más. Sumale en ese día, al Sol en su último grado de Cáncer —siempre los últimos grados son culminaciones— frente a Plutón —el dios de la transformación—, pienso por un lado la posibilidad de liberación, revitalización y catarsis, y también en mucho estrés o intensidad, luchas de poder y en enfrentarse a sombras que envuelven responsabilidades. Esa cáscara de banana es un ejemplo tan oportuno que voy a retomarlo en todo el artículo. Me sorprende que sirva tanto. Imagino algo tan pequeño que se ignora, pero que evita o enlaza una concatenación de situaciones con un desenlace conflictivo. Así es Plutón, enano pero destructivo. Invisible y transformador. Plutón volverá a escena más adelante en este ballet de camiones chocadores.


Aquí podemos ver cómo Luna conecta a Marte con Urano, mientras rige (transfiere lo que toca) al Sol que se opone a Plutón.



Este es el panorama previo a la Luna nueva en Leo del 28/07, que viene a agenciar un empoderamiento, un reencuentro con el propio centro como siempre hace. La renovación de las máscaras, del outfit performático con el que salimos al mundo. Se trata, para quien quiera verlo así, de un subidón personal en el que nos animamos al desafío, a dar la cara para lo que nos debemos. Esta Luna nueva viene con un boost de Júpiter en Aries, que simboliza una apuesta fuerte, una acción riesgosa pero llena (nueva) de aventura, al poner unx mismx en riesgo lo conocido o establecido. Si queremos cambiar, tomar el volante o modificar patrones de personalidad, es un momento exquisito, mientras se siente la conjunción en Tauro que implica, en este contexto, un derrumbe de lo que está sedimentado y que nos moldea, como quien revela la escultura al martillar el mármol.


La Luna nueva en Leo, en aspectos copados a Júpiter!!


***


Seguimos y encontramos, unos días después, en una clara latencia de la crisis, el evento esperado, de la unión exacta de Marte, Urano y los Nodos a 19º de Tauro el 01/08. Tratemos de observar la complejidad del asunto y encontremos el motivo de este cortocircuito que significa la unión de Marte y Urano. Ambas parecen fuerzas muy similares, porque de alguna manera representan un tipo de naturaleza —en algún punto, todos los símbolos planetarios son facetas de la naturaleza—. Pero estas se asemejan más a lo que “comúnmente” se define por naturaleza: algo fuera del orden del control. Marte y Urano al encontrarse empujan a conjuntos sociales a rebelarse, a responder radicalmente, a actuar por la fuerza, a caotizar. Es la re-emergencia de lo marginado, tanto a nivel colectivo como a nivel personal. Es la puesta en marcha de un proceso de rebeliones, que no implican una solución sino más bien una salida de lo conocido para entrar en lo incierto y ahí está la libertad: en poder crear el propio destino, en hacer girar la rueda de la fortuna.

Frutas y series, de Marisol Ortega
Frutas y series, de Marisol Ortega



Lo que nos espera de este encontronazo: ¿un nuevo continente en 2023?

En su comunión, estos tres factores siembran una semilla del caos que en realidad tenemos que ver en perspectiva hacia adelante, ya que como proceso creativo es una gestación —recordemos el factor material (lento) que simboliza Tauro—. Por adelante me refiero al año 2023. Importa mucho cómo esto se irá desenvolviendo cuando Marte llegue al signo Leo, alrededor de junio 2023, donde por así decirlo desplegará su jugada y bajará sus primeras cartas en la mesa con la cuadratura hacia Urano. Para ese entonces, los Nodos se estarán despidiendo del eje Tauro-Escorpio, lo cual implica un “gran final” sobre esos asuntos, como quien cierra con broche de oro un discurso buscando generar un impacto en su audiencia.

Pero más relevante aún, es esperar a la oposición de Marte y Urano en noviembre de 2023, para ver realmente qué está implicado en esta semilla del caos. Allí no solamente Marte desde Escorpio —un indicador de mucha intensidad, ya que Marte trabaja fuerte en ese signo— hará una oposición explosiva contra Urano —y para ese entonces, a Júpiter que ya estará en Tauro también—, sino que lo hace acompañado del Sol en conjunción exacta. Si, una oposición Sol-Marte en Escorpio vs Júpiter y Urano en Tauro nos aguarda para finales del año que viene. De todos modos, los planetas siempre nos preparan para todo: llegaremos entonadas, entradas en calor y elongadas a ese baile. Y de eso se trata esta conjunción que estamos describiendo.


Entonces, qué importante es adoptar una mirada del proceso para no cundir en pánico y entender que en el desenvolvimiento de todo esto existe un factor de impredictibilidad y de mutación en el que no hay un final escrito en esta obra sino que está abierto. Todo puede cambiar en el transcurso de los hechos, y que son esos gestos sutiles —como barrer la cáscara de banana— los que pueden modificar los espacios y las relaciones, transformando los devenires. Sin ánimos fatalistas, tengamos precaución, porque realmente es un campo minado a nivel vibratorio el que estamos describiendo.


***




Un spoiler del 2023 lo tenemos el 05/08 de este año cuando después de la conjunción el 01/08 la Luna creciente desde Escorpio active toda esta pólvora con un chispazo por oposición. Este sería definitivamente el momento de mayor actividad del combo Urano-Marte en combustión, donde se dan los coletazos más profundos, y la Luna al caer al Nodo Sur hace un efecto drenaje, con cierto tipo de pérdida. Un eventual resentimiento puede aparecer en este momento. Sin rencores, apunta a obtener lecciones profundas. La intensidad va a llegar a un pico con la Luna en Capricornio el 10 de agosto y haga sus cruces con Plutón, el cual amplificará este panorama con los quiebres de los órdenes que conocíamos —si bien no eran tan buenos, eran los más estables—. Hay que ver los problemas de frente para solucionarlos, y en eso la Luna escorpiona-plutoniana es re honesta. Todo muy picante, muy polarizado y muy estresante.

Cabe mencionar que las oposiciones planetarias son los momentos de máxima objetividad y certeza, porque ambos actores se observan a la distancia y se ven definidos. Si bien son momentos muy dinámicos —son enfrentamientos— también permiten integrar las energías contrapuestas y conciliarlas, de modo tal de llegar a una síntesis más elaborada, fina y articulada, donde cada quien puede aportar lo que mejor sabe hacer, mientras exista un equilibrio y no una polarización. En el primer caso, Sol y Plutón (21/07) habilitan a reconocer el poder y la vitalidad de cada quien; en el caso de Venus y Plutón (10/08), se trata de la regeneración a través del goce y el nacimiento de nuevos marcos vinculares.


El cielo del día 05/08, donde la Luna en Escorpio en cuarto creciente se opone a la conjunción Marte-Urano, ya desarmada pero aplicada a Saturno. (!!!!!)



El climax es bajo la Luna llena en Acuario, del 11/08, la cual sucede en conjunción con Saturno. No lo mencioné, pero en todos estos eventos del mes de agosto, Saturno en Acuario actúa como un observador distante, que se irá involucrando en la forma del deber, de la organización de las prioridades y el enfriamiento del carácter. Señala una moral que debe ser actualizada, desde la cual leemos los acontecimientos que ocurran con impersonalidad y juicio, como último resorte ante los fenómenos imprevistos o desestructurantes. Saturno participa como factor de endurecimiento de las condiciones adversas, y al estar retrógrado en realidad le toma más trabajo sostener las estructuras ante todos estos temblores globales. De hecho, a partir de ahora se va perfilando nuevamente la cuadratura entre Saturno y Urano, que protagonizó el 2021, y dan un último bis este año hacia octubre. Durante el plenilunio, es donde más claridad obtendremos respecto a las actualizaciones necesarias para amortiguar los cambios que impulsan los movimientos en el signo Tauro. Está bien sentirse un poco hartxs, o simplemente dejar que las cosas se organicen solas. El nivel de involucración tiene que ser coherente con las posibilidades reales que tenemos, o con el de las responsabilidades. Entre quién nos repartimos configura una amortiguación de las sacudidas del contexto.



Luna-Plutón vs Venus, el 10 de agosto.



Luna Llena conjunción Saturno, mientras Marte aspecta a Plutón en trino, el 11 de agosto.


Lo que me interpela, ante todo esto, es la pregunta por los Nodos. ¿Qué onda eso? ¿Para qué están ahí? Quien normalmente asigna las lecciones pendientes es Saturno, y evidentemente lo está haciendo —desde su lugar, lo que se puede, lo que corresponde—. ¿Pero los Nodos, qué es esto de “kármico”, de “destino”?

Me gusta observar los Nodos como ecos de acciones pasadas —propias y ajenas, de ahí lo karmático— que tienen consecuencias presentes. Aquí lo que se me viene a la mente es la imagen de algo acumulado hace mucho tiempo. Algo que de tanto apilarlo, se volvió un obstáculo. Que en su falta de circulación, esto que parece valioso se transformó en un problema, en un mal, en un bloqueo y es necesario prenderlo fuego, quemarlo, liberarlo de su inercia. ¿Detonarlo? ¿Pero con qué propósito? Los conflictos son algo acumulable, claro. ¿Puede entonces desatarse algo que en la superficie es conflictivo, y en realidad está desobstaculizando un proceso regenerativo? Dicho de otro modo: ¿existen conflictos necesarios para evolucionar? ¿para lograr los cambios que queremos hay que entrar en conflicto?


Una segunda serie de interrogantes surgen al considerar a Urano, el dios de las revoluciones, como el "planeta de la modernidad", debido a la época histórica en que fue descubierto, en pleno siglo XVIII. Desde las lecturas críticas hacia la modernidad, que aparecen en las últimas décadas del siglo XX en ciencias sociales, especialmente en antropología, consideramos que la modernidad no ocurrió solamente en Europa, sino que hoy en día sabemos que toda civilización puede alcanzar un punto de ebullición técnica-cultural, florecer y superar sus clásicos estándares de vida. La idea de que con la aparición de Urano en el firmamento se echó por la borda el clásico orden cósmico de los siete planetas personales implica que toda modernidad trae consigo una revolución, que va más allá de dar vuelta todo lo ya conocido: revolución significa volver al origen, y en el origen de todo, está Urano —el dios de los cielos—.

Esta breve mitología viene al caso para entender que a nivel personal se trata más de dar un giro, un volantazo que permita reconducirte hacia nuevos valores y descubrir otras riquezas. Se dice que la modernidad europea inició con el encuentro accidental con las Américas. Hoy día, podemos decir que América fue inventada para que Europa pudiera existir: a fuerza de palos y sangre, de saqueos, de exterminio y dominación, se forjó un nuevo continente "lleno de naturaleza, de pasado y de barbarie" para que se conciba la Europa identificada como "distinta" —civilizada— ante los bárbaros indígenas.

El tipo de giro que promete esta gran alineación imprime este carácter moderno en nuestras vidas: se inicia este proceso en el cual algo será generado para poder definirnos por una oposición radical, y así dar un salto hacia otra etapa de la historia. Un continente no necesariamente se refiere a un pedazo de tierra o mar, sino también al espacio en blanco que deja ese orden conocido (tradicional) que deja de existir. Dicho de otro modo: no necesariamente tiene que aparecer tierra nueva, sino que importan más las relaciones que se generan y que promueven la aparición de un nuevo espacio como contenedor (continente) de dichas relaciones. Este nuevo continente es, ni más ni menos, una geografía más simbólica que material: el nuevo continente es más económico que físico, motivado por un reordenamiento de las relaciones globales financieras cuyo efecto es caótico para el tradicional orden de cosas —la hegemonía norteamericana—. Así como la "aparición" de América dio vuelta la tortilla y rompió con circuitos económicos clásicos, lo mismo ocurrirá a partir de este evento. Nuevos circuitos económicos por donde encausar los conflictos actuales están en camino, con sus inevitables consecuencias en nuestra vida cotidiana —como ya estamos viviéndolo—.

A modo de cierre, creo que algunas claves pasan por saber retirarse de lo que ya cumplió un ciclo, especialmente si nos permite renovarnos; saber que estos movimientos nos acercarán a nuevas redes más vitales, que aparece la motivación después de lo incierto; ésto nos está conduciendo a un nuevo inicio, por lo que un gran potencial espera ser descubierto. Partamos, como el rayo, hacia un nuevo continente.


Cariños
XSIS

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