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La manifestación es el camino – La larga discordia entre Júpiter y Saturno

 



¡Hola cibergente! ¿Qué les pareció el posteo anterior? En esta parada, veremos qué ocurre durante el 2024 con dos planetas que rigen la esfera social, política y económica durante el año. Júpiter y Saturno son los dos planetas que debemos observar, en primera instancia, cuando buscamos saber cómo será el clima del año. Cuando miramos más allá de estos dos, estamos en presencia de procesos más extensos, que si bien pueden tener un punto crítico durante un año, en realidad refieren a ciclos más amplios de tiempo.

Júpiter y Saturno, en sus interacciones, también refieren a temporalidades mayores al año. Lo principal es leer el signo en el que están, y después las alineaciones que trazan, para entender cuál es el panorama a nivel anual, en un plano que combina lo personal con lo social. En este caso, durante 2024, Júpiter habitará dos signos: Tauro, de enero a mayo, y Géminis, desde junio. Específicamente, Júpiter ingresa a Géminis el 25 de mayo. ¡Una fecha más que relevante! ¿Pero por qué? Esto lo retomaré más adelante. Por ahora, sostengamos esa duda.



Ceder es absorber el impacto – Júpiter y Saturno en sextil

Júpiter y Saturno son ambos regentes de los procesos socio-económicos, que obviamente dependen de cada caso. Lo primero es revisar ambas configuraciones que arman: una parte del año, entre los signos Tauro y Piscis; y otra, entre Géminis y Piscis.

De la primer combinación entre Tauro y Piscis, una astrología aséptica políticamente diría que es una etapa noble, estable y donde las mayorías acceden a lo necesario, haciendo este de un clima de bondad o donde la abundancia es generalizada. Esto puede cierto, pensando en una gran cosecha que puede aparecer cuando vuelven las lluvias y los suelos se fertilizan nuevamente después de una sequía. Si las decisiones fueran otras, sí: habría abundancia. En su versión negativa, la que nos toca vivir en Argentina, se presupone un letargo, el que siente alguien con mucho peso que descansa, una gran carga que se hunde sobre unos pies embarrados, entregados a su situación. "Es lo qe hay". Es la sensación de una descarga de alivio, donde lo que cae es por su propio peso. Es el alivio de la renuncia, de la entrega. Si algo crece es porque antes algo se perdió. No hay ganancia en términos acumulativos, sino reflujo, un recambio.

En cambio, la combinación de Géminis y Piscis infiere dispersión, fuga, dilapidación, manoseo, timba, vicio, incomunicación, pérdida en la transacción o cambio de valor constante. Ni Géminis es un lugar cómodo para Júpiter, ni Piscis es un lugar cómodo para Saturno. Júpiter está a cargo de Saturno este año, y Mercurio –no por nada conocido como el dios de los ladrones, de las artimañas y las mentiras– está a cargo de Júpiter cuando está en Géminis. La inestabilidad mercurial no es buena para una economía rota, ni para un poder establecido por los medios de comunicación. Pero todo, es decir todo, depende de la política, porque no hay alineación planetaria que no esté atravesada por las decisiones de la dirigencia políticaEsto es así: porque si tenemos una alineación tan benéfica, como el sextil de Júpiter a Saturno que se de diciembre 2023 a abril 2024, no quiere decir que sea realmente para las mayorías, como lo muestra el pisciano Saturno, poniendo la inhibición en los anhelos colectivos. Como ya sabemos, los astros inclinan, pero no obligan. Y las decisiones, al fin y al cabo, las toman las personas, no los astros.

Si, me encantaría hablar de cómo es virtuoso y espléndido ese sextil –no quiere decir que a nivel particular no lo sea, porque cada caso es específico–. Si no hago astrología en contexto, te estoy vendiendo humo. Y eso si sabe hacer Saturno en Piscis: las instituciones, hechas humo, dóciles, confusas, blandas, lánguidas, extinguiéndose... Pero vuelvo a decirlo: el final es la puerta del nuevo comienzo, y toda crisis despierta la consciencia de un pueblo.



Pensando en cómo este sextil responde a la conjunción que hicieron Jupiter y Saturno a finales del 2020, en el 1° de Acuario, trato de hacer un seguimiento de qué está proponiendo. El motivo es acuariano: la renovación, actualización y expansión creativa y social de las fronteras culturales, retomar la noción de comunidad y tejer nuevas redes. Para llegar a esto, de ninguna manera podemos hacerlo siguiendo nuestros instintos individuales, y chocarnos mutuamente. Es como pensar que el mercado se regula solo. ¡Jaja! Este primer sextil entre ambos planetas es como una pista, una sugerencia, antes de la instancia de correción, que es la cuadratura, que llega también este año.

Entonces, el sextil se trata de acudir a las bases, y volver a hechizar al mundo, a través de lo tangible, lo necesario, lo esencial que contiene lo taurino: la alimentación, las reservas, los recursos materiales. Piscis es también esa manera de entenderse más allá de las palabras, con sentimientos, y tanto caudal de emociones sirve, justamente, para entendernos a distancia, saber sin necesidad de mediaciones que allá están pasando el mismo hambre que acá. Que allá tambien se aflojó lo que sostenía, que también hay carencias. La necesidad de subsistencia es ese puente con el mundo, y la movilización es el camino que transitaremos. En cierta manera, Júpiter está experimentando, testeando, la misión que Saturno le impuso en aquella conjunción en Acuario. ¿Cómo se hace? ¿A través de qué medios?

Si esto lo evaluamos a nivel personal, hay que ver la carta natal y observar dónde se emplazan estos planetas. Pero en terminos abstractos, desde los signos, se trata de desprendernos de lo accesorio y recuperar lo más elemental de nuestra vida. Hacer contacto con algo concreto: tierra, arcilla, harina, ladrillo, piedra, tambor, piel, lo que sea. Buscar eso que nos garantice una seguridad, a fuerza de olvidar aquello que habita solamente la fantasía, el delirio, el sueño. Eso se recuperará después, no se preocupen. Eso nunca se irá, salvo que quieras soltarlo. Hay niveles que no necesariamente tiene que ser material o financiero para observar un crescimiento o un desarrollo personal. Donde sientas que te plantaste y por confiar obtuviste una recompensa, ahí está pasando este sextil en tu vida.  



Serpientes y escaleras – Júpiter y Saturno en su larga cuadratura

Me resulta un garrón traer estas “malas noticias”, como si ya no hubieran suficientes. Pero el aspecto de cuadratura es el que más molesta, por lo general, en los horóscopos cuando tenemos que advertir que habrán tensiones entre las expectativas de crecimiento y los caminos forzosos que hay que tomar para concretarlos. Si el sextil fue el período de prueba, la cuadratura es la primera correción: te hace ver dónde está la falla, qué no funciona y qué tiene que descartarse.

La cuadratura en sí no es algo malo, porque empuja a la concreción y la materialización de algo que sino queda en el proyecto, y además de ocupar espacio en la mente o en el escritorio, tampoco te deja avanzar si queda en la idea solamente. Ese es el gran error de esta cuadratura mutable entre Géminis y Piscis. Lo que es realmente malo, es que esta tensión va a durar algo así como un año, y recién se va a resolver cuando Júpiter salga de Géminis, y Saturno salga un ratito de Piscis. En julio 2025. La verdad, un p*jazo.

Si, se trata de el reacomodo económico y financiero que va a seguir en tanto secuela, probablemente, al gran problema económico que implica la conjunción de Júpiter y Urano en Tauro entre abril y mayo, algo que desarrollaré en el próximo apartado. Mientras, observemos en qué años se repitió la cuadratura de Júpiter y Saturno en los mismos signos, Geminis y Piscis:

*Entre 1905-1906, podría decirse que la situación económica era estable, en ascenso y organizada a partir de la exportación, bajo un gobierno oligárquico y con fuertes desigualdades de clase.

*En 1965, donde el modelo desarrollista se combinó con una creciente tensión social y política, en medio de sucesivas dictaduras que detentaban el poder con la proscripción del peronismo.

Quienes sepan más de historia que yo, o la hayan vivido, saquen sus propias conclusiones. Por lo menos, en ambos casos, las tensiones sociales y politicas acompañaban un crecimiento económico. ¿Pero esto puede seguir ocurriendo, con el desastre institucional que estamos viviendo? Si las decisiones políticas fueran otras, el augurio sería que esta cuadratura podría ser el envión que nos ayude a reorganizar nuestro país y reactivarnos, después el profundo shock que nos acaban de aplicar. Que la cuadratura se sostenga hasta el año que viene, implica que o esto se soluciona, o esto se agrava, y espero que no, porque sería una pesadilla financiera. De alguna manera, todas las luces apuntan a que esto no va a durar mucho. De todas maneras, el desastre que queda será enorme.

La cuadratura, al fin y al cabo, se resolverá en signos de muy distintos: con Júpiter en Cáncer y Saturno en Aries, a mitad de año que viene. Este será el puntapié que nos eyecte de la neblina, en la que estaremos durante este largo año. Hasta ese entonces, nos la veremos con el volátil Júpiter en Géminis.



Elige tu propia aventura – Júpiter en Géminis 2024/2025

Fuera del ámbito social, a nivel personal, podríamos decir que este tránsito representa un posible desgaste mental enorme. Es como tocar en todas las puertas y que en ninguna te atiendan. Como darle vueltas a algo y que nunca te convenza. Es un rompecabezas de 40 millones de piezas, que no nos toca resolver a solas, y ponernos de acuerdo es más difícil todavía. Son un río de preguntas. Y también es un gran caudal de voces. Es el detrimento de la imagen, en la revaloración del texto. Son demasiadas fake-news que nos hacen cansar definitivamente del teléfono, y nos ponen una vez más en contacto con la oralidad, el boca en boca. Saber transitar la dualidad, lo ambiguo, lo volátil, es una destreza que necesitaremos. Reciclar también sería importantísimo, porque hay algo de lo arbóreo en lo geminiano, que abre constantemente nuevas opciones, que en su contraste con Saturno en Piscis implica no poder cerrar caminos que se abren, o girar en círculos cuando querés avanzar directo. Si bien pueden aparecer atajos, cual juego de serpientes y escaleras, es más factible que en ciertos momentos hagas un charco de eso que era una gota. Hay que también saber callar (escuchar) para no rebalsar el vaso.

La presencia de Júpiter en Geminis nos da sed de información, nos alarga la lengua y nos abre la cabeza, quieras o no. La zona Géminis de nuestra carta es la llave de las oportunidades del año, siempre y cuando, no esté tan atorada por Saturno en Piscis en cuadratura. Lo bueno de esto, porque sí hay algo bueno, es que Saturno va a moderar a Júpiter por cansancio: no hace falta llegar a ningún lado para detenerte. Este es el aviso, de que no hace falta darle tantas vueltas a la calesita para divertirte. Quedarse demasiado en algo, aparte de cancelarle el lugar a la siguiente persona en la fila, lo que hace es agotar demasiado rápido la experiencia y no dejarte ganas de probar otra cosa. La curiosidad va a ser medida por la necesidad y la presencia de la comunidad: si esa información no se pone en circulación para fines comunitarios y colaborativos, tampoco te va a servir de mucho. Si es muy difícil concentrarse, no te metas en pavadas. Los vicios van a estar a la vuelta de la esquina y cualquier adiccion en que te metas, va a ser más difícil salir.



Al estar siempre regido por un retorcido Mercurio que cada tanto retrograda, la agenda social tiene que estar super flexible y livianita: es más probable que los planes emerjan espontánemente, que se reacomoden, a que puedas programar algo de acá a dos meses, o hasta dos semanas.

La última vez que Júpiter pasó por este signo fue durante 2012-2013, años en que Instagram despegó su potencial cuando Facebook la compró, en años donde Neptuno recién entraba en Piscis –de vuelta, el hechizo de las imágenes–. La vez anterior de Júpiter en Géminis fue entre 2000-2001, años donde la cantidad de información y de potencia tecnológica fue exacerbada por Urano en Acuario. Lo que tienen en común es entonces que aparece un chiche nuevo, que nos hace hablar mucho, investigar, aprender, adaptarnos, insertarnos en nuevas lógicas comunicativas. Expande nuestro alcance discursivo. Los medios de comunicación se vuelven un puente de expansión personal.

Para concluir, me parece que lo más idóneo es que, dentro del panorama incierto que vivimos, hacer un uso consciente de la información, recuperarla en su valor, y saber guiarnos en un contexto de hipercomunicación, es clave. Parte de la dominación colonial es confundir al pueblo, que se embobe, que se desoriente, y eso va a haber mucho durante este período. No tanto por la confusión, sino por la falta de mapas, la falta de senderos. La única manera de perdernos es si no nos comunicamos. Elaboremos una comunicación inclusiva para no perdernos. La (re)pregunta es la puerta al crecimiento. ¡Buen viaje!


Nos leemos, y seguimos en la próxima estación.

Cariños, XSIS.

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