Sobre el filo del trazo fino – Los aspectos menores del 2024 y su síntesis

 

¡Buenas cibergente! Hemos llegado al último post del recorrido. En esta última parada del astrotour 2024, vamos a darle una leída a los tránsitos menores, los de Mercurio, Venus y Marte; y por último intentar una síntesis general del panorama anual.

En los posteos anteriores, leímos a vuelo de pájaro los tránsitos más grandes: los transpersonales (Urano, Neptuno y Plutón), los planetas sociales (Jupiter y Saturno) y los Eclipses. Esos son los aspectos más contextuales y de escala colectiva. Esto va a decantar a través de los tránsitos de los planetas “menores”, o personales.

De los tres, Mercurio es el más rápido, y quien más veces retrograda. Su función es articular entre las tres esferas (la colectiva, la social y la personal), es la paloma mensajera del Sol: va y viene, lleva y trae. Venus, quien retrograda el año que viene recién, es la vincularidad, el lenguaje corporal y los recursos sensoriales sobre esa información que Mercurio pesca. Genera el balance para darle armonia al movimiento. Marte, quien retrogradará a fin de año, es el motor y el dinamizador del sistema, direccionando la energía hacia ciertos focos puntuales. Es quien impone la acción y la aceleración, los conflictos.

Dependiendo el signo que habiten, es el modo en que esas acciones se llevan a cabo. Luego de esta breve presentacion, vayamos a ver sus casos particulares.

Apostar a la divergencia – Las andanzas de Mercurio y sus retrogradaciones

Mercurio pasa por todo el Zodíaco cada año, y sus retrogradaciones son algo normal, esperable y hasta necesario. No me cansaré de decir eso. Lejos de ser algo malo en si, su intención es la divergencia. En la simbología de Mercurio está su potencial rizomático, es decir, multiversal. Mercurio se encarga de generar DIVERSIDAD y por ende sus retrogradaciones deben ser bienvenidas como eso.

Obviamente, vivimos en un sistema capitalista que detesta la diversidad si no se puede hacer un uso financiero de ella. Todo lo que se salga de nuestros planes por lo general lo detestamos, porque nos trae más trabajo, esfuerzo o una organización más detallada, que a veces no podemos o no queremos destinarle tanto tiempo. Porque la vida ultimamente nos impone eso, todo ya, todo con alambres, todo a la que te criaste. No hay presupuesto ni reloj que aguante.

Pero si lo podemos ver un poco más de afuera, con otros ojos, la retrogradación es importante. De hecho, físicamente no existe. Es sabido que se trata de un fenómeno óptico y como tal, su importancia va por ese lugar. Interpelar la perspectiva es interpelar una visión lineal y binaria de la realidad. Quienes están familiarizades con cómo el discurso moldea realidades, entenderán que en última instancia, se trata de eso: abrir nuevas realidades.

Entonces, los lugares donde las retrogradaciones ocurran serán aquellas áreas del Zodíaco donde estas divergencias son necesarias. Los tres casos de este año, son en signos de fuego, por ende la impulsividad, el orgullo y la exageración son cualidades que hay que usar con cautela. Conozcan sus cartas para entender por dónde, en cuáles casas, van sus divergencias. O pueden consultarme cuando quieran para saber de eso. Pero en general, a todes nos impacta en esa misma base y a ver esos efectos generales vamos ahora!

Marzo y abril en llamas – Mercurio Retrógrado en Aries

Durante el último tercio de marzo y todo el mes de abril, Mercurio tendrá su retrogradación en Aries. El proceso completo alcanza a la mitad de mayo, porque es cuando Mercurio termina de andar los grados del Zodíaco que retrogradó. Pero lo más intenso va entre el 19 de marzo y 25 de abril.

Ateniendo al contexto que en ocurre esta retrogradación, que pueden encontrarla en los posteos antes mencionados en la introducción, es lo último que faltaba. Mercurio en Aries es muy conocido por poner las mentes impacientes, las lenguas al rojo vivo y las palabras más afiladas que nunca, solamente comparables con su domicilio en Virgo, donde también habrá retrogradación.

La frutilla del postre amargo que tenemos como cóctel planetario, entre eclipses y conjunciones mayores, es un tránsito que la verdad viene a despelotar todo, porque si vamos a vivir en un momento de multipolaridad y extremismo, bueno, hagamos las cosas bien, ¿no? Las tintas medias no serán bienvenidas, y este Mercurio lo sabe.

La velocidad, la violencia y la impulsividad que caracterizan Aries no son necesarias esta vez. Por el contrario, es más importante buscar la divergencia contra la frontalidad y en lo unidireccional. ¿Hace falta tener un sólo camino? ¿Se puede confrontar sin poner de manifiesto una posición? ¿Cómo hacer de la individualidad una des/ventaja?

Un primer consejo es que tengamos bien ejercitado el decir “no” a lo que no nos corresponda, o a lo que no esté alineado con nuestro deseo. Sin que eso implique abrir una confrontación o un conflicto, salvo que sea necesario. Cualquier chispa puede provocar un incendio verbal, y cualquier dardo se va a responder con el triple, con este tránsito. El otro consejo es saber que podemos estar en desacuerdo y aún así habitar el mismo espacio. Romper los ya existentes para evitar conflictos en realidad los arrastra a otros lados. Asumir los problemas ayudará a dar nuevas identidades.

Hay algo de Mercurio en Aries acerca de la sobreidentificación con el propio pensamiento, de creerse el viaje, muy exacerbado por los algoritmos de las redes virtuales. Las ideas nunca son individuales sino que son siempre patrimonio de un colectivo, así como las facultades del pensamiento son patrimonio de la humanidad. Sobreapropiarse de un concepto o idea es motivo de problema: para otres porque puede bloquear o repeler que alguien más comparta esa idea y le inyecte su experiencia para reformularla; para une misme porque es un re laburo hacerse cargo de la palabra si el pensamiento y la identidad se vuelven una unidad. No hay debate posible si la propia identidad está en juego.

Si, lo que acabo de decir suena re volado. Pero es en el campo de la escala micropolítica, donde más importa entender a Mercurio. Obviamente, los medios de comunicación y las redes virtuales van a estar re intensas y dando rosca tras rosca, cosa que no es necesario darle atención. Mercurio hará conjunciones a Quirón en este proceso, por lo que o bien todo puede herir más de la cuenta, o puede salir el tiro por la culata. Sea de cualquier manera, hay un contacto con heridas sensibles, con algo que despierta una reacción.

En síntesis: mientras ocurra este tránsito, es importante ejercitar la escucha antes de lanzar la palabra. Ejercitar en tanto hacer el esfuerzo de no competir ni primerear, saber que luego de eso hay un resultado, que va a dinamizar a futuro. Esa es la divergencia, la propuesta de no ir por los mismos carriles, de no tener las mismas rutinas, las mismas discusiones. Ir por la tangente, por donde no hay identificación, por aquello que también nos interpela. La sorpresa siempre es un factor del que podemos sacar ventaja.

Agosto con A de Aprender – Mercurio Retrógrado de Virgo a Leo

Tres meses después, el próximo Mercurio retrógrado ocurre entre dos signos, de Virgo retrocede a Leo. Esto es un poco obvio, porque se trata de una ubicada muy fuerte, un te calmás, un te pasaste de rosca, un zopapo de realidad para quienes filtran todo por el agujero de su ombligo. Acá no hay ego que resista, que por más de que sea algo temporal, puede dejar una huella de humillación bastante difícil de limpiar.

Mercurio en Leo es conocido por dramatizar y poner el grito en el cielo cuando en realidad daba para un simple susurro. Son discusiones que se podían haber resuelto con un email, pero que por el arte de hacer drama, se llevan a la arena pública. Es tipíco momento “carpetazo”, muy mediático, donde una voz se alza para tapar a otra. Sigue un poco los ánimos de Mercurio en Aries, y es probable que las historias de aquel tránsito se retomen con este. Porque las heridas pueden volver a abrirse con este tránsito. Por suerte, una vez que termine, pueden curarse mejor.

El periodo previo de la retrogradación, osea la segunda mitad de julio, se trata de este momento de mucha osadía, valor o orgullo, del tipo “me animo a todo”. Para cuando Mercurio pisa Virgo los ánimos son diferentes, porque ya va a ir perdiendo velocidad y tomando consciencia de las condiciones concretas para llevar a cabo esa misión aceptada. El cruce de Leo a Virgo es simbolizado por la crisis del ego, en el que nos damos cuenta de que no podemos hacer lo imposible y que los superhéroes son ficticios. En otros términos, decir es una cosa y hacer otra muy diferente.

Mercurio en Virgo pero a punto de retrogradar es un momento de tensión donde nos damos cuenta de que quizás rendirse es más práctico. Quienes elijan no, pueden encontrar muy desafiante mantener la palabra por algo y ver su imagen distorsionarse, o quizás aún, sentir que la cara no les da para mostrarse. Casi como el síndrome del avestruz. Mercurio en Virgo evidencia las fallas para corregirlas, pero si eso que se busca corregir es acerca del ego, ¿quién se anima a aceptar el error? ¿O a mostrar su rostro con fallas? Es un tránsito muy fuerte para la caída de máscaras, o donde buscar quemar públicamente a alguien puede tener un efecto boomerang. Sobre todo, porque Mercurio en Leo irá en cuadratura con Urano, dándole un potencial alborotador y caótico al pensamiento, que desordena y patea el tablero. Igual, después Mercurio cuando vuelve a Virgo pone los patitos en fila.

Habiendo dicho esto, durante todo agosto nos toparemos con este llamado a la divergencia contra el falso orgullo, que implica aceptar no figurar por un momento. Se puede ser parte y protagonizar sin estar al frente, y eso implica forjar la divergencia del sentido de las narrativas históricas. Ya no necesitamos héroes, que es una modalidad occidental del arquetipo leonino; sino re-elaborar nuestra capacidad de resonancia con aquello que es distinto, y buscar nuevas representaciones.

Hay un nivel de lo leonino que implica hacer centro, lo central es eso que convoca a lo múltiple y diverso en un lugar común. Los héroes nunca existieron porque en realidad son estrategias para comunizar, para hacer centro, para reunir aquello que está disperso. En este mundo, lo disperso es la atención, y quien logre no solamente concentrar la atención sino CANALIZARLA hacia objetivos concretos, estará detentando poder.

Por eso se dice que les leonines son muy buenos para el show: la atención es un recurso del poder. Como ese episodio de los Simpsons, donde las publicidades gigantes mueren cuando dejan de ser vistas. Por eso el presidente que hoy tenemos tiene Luna en Leo y su principal capital político es ser mediático. Fuera de eso, políticamente no existe, es un mísero ser dolido y despresciable. Pero volviendo...

En síntesis: saber ubicarnos en la palmera y dar las batallas que nos correspondan, no ir a dar la cara donde no nos llaman; saber ceder en la representación y saber recrear el discurso para hacer del arte una estrategia.

Un noviembre de pirotecnia adelantada – Mercurio retrógrado en Sagitario

Si bien sabemos que este año viene con mucha intensidad, me parece que no podemos todavía dimensionar lo que va a ser esta mes. En los posteos anteriores, mencioné que de septiembre a noviembre viviremos momentos climax de “fin de una era”, con el último coletazo de Plutón en Capricornio y Neptuno en Piscis, en los últimos grados de esos signos, casi listos para cambiar de fase.

Pero más allá de eso, Mercurio en Sagitario es un gran generador de polémica. Se lo conoce por generar momentos derrapantes, por abrir la boca de más, por irse de mambo en la cantidad de cosas que se dicen y agitar el avispero. Cuando a esto se le suma que está por retrogradar, la sensación es de ir sin rumbo y sin timón, en plena marea planetaria.

El pensamiento cotidiano con Mercurio retrógrado en Sagitario suele ser fatalista, sobredimensionado y exagerado. Los aspectos que hará no son sutiles, sino que irá de cuadraturas con Saturno y Neptuno, ambos en Piscis. Acá es donde la fantasía y el delirio se encuentran para hacer de un tránsito normal un fantasma de humo y tinieblas. Más si vemos que también se opone a Jupiter en Géminis. Esa oposición es como llenar una piñata de preguntas, opciones, búsquedas abiertas. Asi que tranquilamente se trazará un loop de recurrencias.

Nada tranqui, la verdad, aunque puede resultar bastante divertido para quienes puedan ver en este marasmo la oportunidad para deslizarse e infiltrarse intrépidamente por los instersticios de los lugares donde antes no tuvieron acceso. Esto puede dar momentos de mucha creatividad: encontrar atajos y animarse a entrar sin saber realmente dónde te llevan, puede tener resultados muy provechosos. La divergencia es el elemento natural de Mercurio en Sagitario y en su retrogradación le podemos sacar el jugo al máximo, si de explorar y encontrar nuevos horizontes se trata. Lo importante es aceptar no llegar a ningún lado aún y dejar que el viaje se traze solo.

Si a esta imagen le sumamos las anteriores experiencias de Mercurio retrógrado, la idea de que no hay timón que alcance pone en jaque la ilusión de una omnipotencia del pensamiento racional por sobre las condiciones de existencia: no hay modernidad que aguante si no podemos asignarle un lugar subjetivo a la naturaleza. Y este es un gran paso que debemos dar como sociedad si queremos sobrevivir. La divergencia máxima que puede darle un giro 180° a una cultura hiperracional y pragmática que pone por sobre todo la utilidad y la explotación por sobre el respeto y la accesibilidad. Para el pensamiento promedio occidental, no importa quién se suba al barco, mientras lo maneje un hombre blanco cis heterosexual, y si habla inglés mejor. No importa hacia dónde vaya, mientras avance y supere a otros barcos.

Esas son las ideas que van a naufragar en el contexto de noviembre, con el ingreso definitivo de Plutón en Acuario. Entonces, volviendo a conectar ambas experiencias, lo que importa es que optemos por colectivizar la voz, por amalgamarnos en lo colectivo, en vez de huir queriendo ser punta de lanza, pionera o lo que fuese que dé prestigio. Importa más conectar con la necesidad de crear nuevas mitologías que reorganicen el pasado, que imponer nuevos futuros que aún no existen. Si el pasado no se reconstruye en una nueva visión, inclusiva y asimiladora de contradicciones, el futuro va a volver a repetirse. No hace falta dinamitar para empezar de nuevo, las refundaciones pueden ocurrir sin tumbar todo abajo, con tan sólo crear nuevas mitologías y símbolos que incluyan nuevos relatos en el discurso oficial.

Esto suena muy abstracto, pero es algo que a nivel cotidiano podemos ejercer, para empoderar con la palabra a quienes a priori se asumen por fuera del juego político. Esa gente que “no cree en la política”, o que “es apolítica”, adhiere a una mitología. Y ahí es donde podemos interpelar, haciéndole un lugar en el barco, sin intenciones de dirigirlo. Hacerle un lugar ya es un cambio importante en su vida. Habilitar la palabra es una divergencia muy potente en un contexto donde estamos todo el tiempo buscando tener razón, mostrar dónde hace aguas, defender nuestro punto de vista cuando el motivo es “el futuro está en riesgo”.

En síntesis: no hay síntesis posible con este tránsito, por el contrario, se trata de buscar aflorar lo posible; desuscribir de las mitologías inhabilitantes y buscar infiltrarnos; sostener el divague con la certeza de que los horizontes son para construirlos y no para alcanzarlos. Ahí tenes la revolución permanente!

Alianzas espontáneas y alteridades en acción – el frenesí y la emergencia con Venus y Marte

En otro carril, uno más lento pero motivante, se encuentran las uniones y desuniones de Venus y Marte. Estos dos planetas tienen un ciclo particular. A inicios de 2024, el 20 de febrero, Venus y Marte se unieron a 5° de Acuario. Y en su ciclo natural, Venus y Marte se oponen, casi en el mismo lugar, el 11 de diciembre: Venus a 5° de Acuario y Marte a 5° de Leo. En el medio y después, ambos planetas hacen cuadraturas. El ciclo de todos los planetas es algo así. Pero veamos un poco más en detalle de qué va esto.

Las conjunciones de Venus y Marte, o "bodas alquímicas", se tratan de alianzas que se pactan a fuerza de deseo. Una convergencia que implica articular los impulsos y los conflictos, para mermar las contradicciones y enlazar las convicciones hacia un fin direccionado. En este caso, al ocurrir en Acuario, se trata de buscar la organización popular, lo revolucionario, la innovación, la inteligencia vincular que implica actualizar los contratos sociales.

En Argentina, esto ocurrió en el contexto de un paro nacional y como respuesta a las primeras medidas totalmente antipopulares y antidemocráticas de el gobierno más asqueroso y nefasto de la historia contemporánea en nuestro país. No hay palabras que alcancen para expresar el repudio que siento.

Siguiendo, vemos que Venus y Marte hacen su cuadratura de apertura, es decir, la que implica una primer friccion entre lo que reúne (Venus) y lo que impulsa (Marte), a los 22° de Virgo y Géminis, respectivamente, el 23 de agosto, en pleno Mercurio retrógrado en Leo. Esto no es un dato menor, porque Mercurio es el regente de los signos que originan esta cuadratura de Venus y Marte. Hablando más en criollo, la idea que se me viene es la de traición, y uso esa palabra porque es bien dramática leonina. Aquí seguramente hayan intereses desnudados, que generen un quiebre en ese pacto o esa sociedad. O bien podemos inferir una respuesta interna a ciertos bloques políticos, o la emergencia de un nuevo actor que desdoble una nueva faceta a lo que observamos que ocurrió en febrero.

Esta cuadratura de Venus y Marte ocurre bajo la primer cuadratura entre Jupiter y Saturno, lo cual indica que sería una respuesta del contexto, motivada en parte por fuerza mayor, pero que también responde a movidas económicas. Si a esto lo bajamos a un nivel más personal, es un poco estar entre la espada y la pared, y tener que elegir. Quizas, lo que se elija no es lo que más nos represente. Aquí me surge la idea de habitar distintos roles, que impliquen un nivel de resignación a “jugar el papel que nos toca”. En el campo de juego, se recomienda tener mucha cintura para “bajar de nivel”, aceptando que rotar y ocupar puestos “de menor rango” puede ser una estrategia más inteligente que exponerse y cancherear.

Avanzando hacia la oposición, es donde los liderazgos se ven puestos en jaque. Antes de que Marte entre en Leo, desde los últimos grados de Cáncer hace una oposición con Plutón que se devuelve a Capricornio. Esta es la última vez que se oponen Marte y Plutón en esos signos por lo que podemos esperar un momento histórico, determinante y muy significativo que ocurra, los primeros días de noviembre. A esta oposición se le suma que Mercurio entra a Sagitario, por ende algo muy escondido salga a la luz, algo que lleva un buen tiempo planeándose. Es un momento de gran intensidad donde podemos inferir una respuesta popular que confronte al poder fáctico, sea el financiero o el estatal. Es como la primera piedra que tiró Marsha P Johnson que empezó la revuelta de Stonewall... Algo así.

Mientras Marte en Leo va perdiendo velocidad en el mes de noviembre, lo que implica su estacionamiento y por ende una mayor carga de energía marciana, en el mes que ya mencioné varias veces es muy fuerte, Venus irá perfilando la oposición. Marte se pone retrógrado un día antes de que Venus ingresa en Acuario montada a Plutón el 8 de diciembre, el mismo día de la oposición del Sol (exposición) contra Jupiter (grandes verdades). Si esto no es “el rey está desnudo”, ¿qué es?

Esto es un momentazo de pleno impacto social, porque durante esa semana que dura la oposición Venus-Marte, tenemos una Luna Llena y a Mercurio cambiando a fase directa, por lo que los ánimos van a estar muy pero muy caldeados. La oposición Venus-Marte implica una relocalización de esas estrategias, de esos vínculos, para eludir o esquivar lo que no funciona, lo que no avanza. Son las relaciones interpelando al deseo, son las agencias reclamando la conducción. Es la disputa por el manejo y las direcciones a seguir lo que está en juego, la pelea por el timón del barco, como antes mencionamos.

Unos días más tarde, casi como quien no quiere la cosa, en fechas navideñas, tenemos la segunda cuadratura de Jupiter y Saturno, que va de la mano con una cuadratura de Venus y Urano. Eso la verdad no pinta muy bien, porque implica una energía revoltosa, caótica, descontrolada, donde la necesidad se hace eco por sobre los contratos sociales, actualizándolos a la fuerza. Es una disolución de relatos con sabor inesperado, una multiplicación de opiniones sin intención de confluir.

Ya entrado el 2025, durante enero, mientras Marte sigue su marcha reversa y se devuelva a Cáncer, Venus entrará en Piscis. Acá seguro que haya una sensación más amable, un reacomodo, porque están en signos afines. Para fines de enero hacen un trino como quien hace una tregua. Entre Piscis y Cancer se dan la mano para bajar los humos y contenerse. Y como quien no quiere la cosa, ni bien Marte entra directo el 23 de febrero, Venus se pone retrógrada a la semana siguiente.

Venus retrograda de Aries a Piscis, haciendo ecos del proceso de Marte quien también fue de fuego a agua. El camino retrógrado de Venus lo veremos más adelante, porque aún falta que corra mucha agua bajo el puente. Lo único que puedo adelantar es que Mercurio y Saturno tendrán un rol muy importante aquí, en la reconstrucción de las ilusiones y la organización social de las necesidades: los símbolos son necesarios para la aglutinacion social.

La cuadratura de cierre, es decir la definitoria en este relato, sucede recién en julio 2025, con el final de las tensiones de Jupiter y Saturno, en el mismo punto de la cuadratura anterior: el grado 20° de Geminis y Virgo, pero esta vez, Venus en Géminis y Marte en Virgo. Es la típica sensación de “ah ¿viste?” que Marte puede decirle a Venus, al cambiar de posiciones. Es realmente una historia de empatía y de habitar el lugar del otre para entenderse. Mucha rosca y mucho te lo dije. Falta mucho, pero va por ahí. Venus y Marte van a reiniciar su ciclo recién en enero 2026, esta vez en Capricornio. Tenemos mucha tela para cortar, una novela larga por delante.

¿Qué tán leonina puede ser Argentina? – Síntesis del año nuevo astrológico

Hemos llegado al final de este astrotour del 2024, y para no cansar demasiado, voy a hacer un racconto de todo lo que vimos en los posteos, sobre este año:

–Plutón ingresa en Acuario

–Urano perfila su trino a Plutón y recibe a Júpiter en conjunción

–Jupiter entra en Géminis y hace cuadratura con Saturno

–Marte retrograda en Leo

–Mercurio retrograda en signos de fuego

–Eclipses en Aries, Libra y Piscis.

El año nuevo astrológico es el punto anual de inflexión entre un ciclo solar y otro. No es solamente el día que ingresa el Sol en Aries, el equinoccio del 20-algo de marzo, sino que la Luna nueva en Aries es cuando ese punto decanta al máximo. En este caso, se trata de un Eclipse solar super potente, el 08 de abril. De todos modos, vamos a mirar ambas cartas y con el resumen de recién intentaré hacer una síntesis.

Equinoccio de otoño – 20 de marzo a la medianoche

El ingreso del Sol en Aries ocurre en todo el mundo, pero lo importante es leer el ascendente que corresponde a cada zona geográfica donde ocurre este evento. Eligiendo como localidad el centro de Buenos Aires, no por una cuestión de porteñocéntrica sino porque es donde está la Casa Rosada, es decir el epicentro de las decisiones nacionales, el ascendente que obtenemos es Capricornio.

Carta del ingreso del Sol en Aries, 20 de marzo 2024 00hs

Ese es un primer dato: el signo del año sería éste, al menos en teoría. Pero creo que es importante también ver el signo que ocupa la Luna, en este caso, la Luna está en Leo. Ambos indicadores son la muestra de las dos facetas que vivimos hoy en día en el país: quienes están en lugar de sostener la lucha y pasar miserias, y por otro lado quienes orbitan alrededor de sus egos, ignorando al resto y creyendo que tienen la razón.

Lo estoy simplificando un montón, porque a esta altura ya no da complejizar mucho más, ¿no? Es bastante claro a lo que me refiero. El ascendente Capricornio es hostil, impone la austeridad, la burocracia, las limitaciones. Es el signo de la Luna natal de Argentina por ende hay una vuelta al origen que implica hacerse cargo y llegar, después de las adversidades, a la ley original, a la escencia y a reconocer aquello que nos determina. El Ascendente Capricornio ubica al signo Leo en su Casa 8, porque para cumplir con los designios del ascendente es obligatorio soltar el ego, bajarse del pedestal y hacer base. Una primer clave aqui es que Argentina estará transformando una faceta muy exitista.

La Luna en Leo vendría a ser la actitud popular, que es muy propia de este contexto. Una faceta berreta de lo leonino es la avivada, el buscar pasar por encima de los demás, el creerse el centro del mundo, ser muy autoreferencial, o hasta tomarse todo como una joda. Pero un costado más noble es honesto, creativo, auténtico. Quien se las rebusca en su día a día hace malabares: sobrevivir es un acto puramente creativo. Si bien hay maneras, recetas, códigos, rutas conocidas, siempre hay que lidiar con lo inesperado y con las circunstancias nunca favorables, y ahí hay un arte. No es por romantizar, sino por valorizar lo que desde otro lado se ve como carente de talento o de inteligencia.

Eclipse Solar en Aries – 08 de abril por la tarde

En la misma localidad, la hora del eclipse ocurre por la tarde, a las 15.20, por ende va a ser totalmente visible si el clima así lo permite. El eclipse, curiosamente, ocurre con Ascendente Leo. Es el signo donde Mercurio y Marte van a retrogradar. ¿Les parece casualidad?

Veamos bien. El actual Presiduende tiene Luna en Leo. En las progresiones secundarias de Argentina al momento de su asunción, y actualmente, está la Luna llena en Leo. Evidentemente, como sociedad, estamos y tenemos que interactuar y profundizar en esta energía. Este es nuestro destino: no lo que nos merecemos, sino lo que nos pasa.

Carta del eclipse solar en Aries, 08 de abril 2024 15.20hs.

Leo es un símbolo de honor, que largamente se asoció a la realeza. Es una frecuencia que implica hacer eje, tener certeza en la propia identidad. Imagínense lo que es descender de la realeza y saber el valor que debe tener alguien para verte a la cara. Pero lejos de un relato monárquico, lo que me interesa rescatar es el viaje leonino de reconocer la propia identidad y saber quiénes somos.

El icónico "¿QUIENES SAN?" de Moria es signo de una época, de una cultura popular construida a base de tangueros guapos y de vedettes osadas. De una sociedad con un enorme potencial artístico –somos un país muy solar, no por nada tenemos un Sol en la bandera– y que construyó muchos motivos para sentir orgullo nacional. Pero hay una obsesión que es el deseo de originalidad, como si eso fuese el escudo contra lo trucho y lo berreta que implica ser originario de este suelo. Como si lo original fuese lo importado. Hay una gran disociación ahí porque se valora lo original como un producto de marca, que en realidad es una copia fiel, por sobre lo auténtico que es ser coherente con tu propio territorio. Entonces, leyendo el clima del equinoccio, parece muy claro que vibratoriamente creamos un gran ejemplo de lo nefasto leonino para reconocer que todavía tenemos que profundizar en las bases de nuestra identidad nacional. Mas allá de toda intencionalidad política detrás de este hecho, Milei ganó porque es coherente con la sombra leonina de Argentina. Y como toda sombra inconsciente, vuelve para ser integrada en lo consciente.

Siendo que un Eclipse Solar en Aries nos ocurre en cuadraturas a la ya histórica oposición Sol-Luna en la carta de Argentina, el eje Cancer-Capricornio, es importantísimo tener esto presente. El eclipse parece cortar esa dinámica, esa grieta entre el pueblo y sus gobernantes, que en realidad, me permito decir que la grieta no es entre estado y sociedad sino entre otra cosa. La grieta real es una contradicción entre les habitantes (la Luna) y los referentes de la identidad nacional (el Sol). Históricamente, el pueblo no tuvo voz ni voto en aquella construcción de la identidad nacional, sino que fue construida por arriba, por la burguesía, tomando como referencia las culturas europeas o norteamericanas.

Esa ausencia de voz en la consolidación de la identidad nacional es lo que está empezando a corroerse, y este eclipse le dará un empujón fuerte. Una insurgencia por la necesidad de revalorar lo nacional, pero con una consciencia cada vez mayor de nuestras sombras históricas: el racismo, la misoginia, la xenofobia, la homolesbotransfobia. Nuestra sociedad parece retroceder, porque el mundo entero está en un clima de parálisis, de miedo, de buscar aferrarse a lo conocido, aunque eso sea algo regresivo. Pero eso es simplemente una respuesta instintiva. Fuera de ese temor, nuestra sociedad no quiere retroceder en sus conquistas.

***

Teniendo en cuenta todo explayado en posteos anteriores, estamos en un año bisagra muy potente. Al habitar un contexto inédito, no tenemos posibilidad de aferrarnos a los moldes del pasado. El patadón que este momento crítico nos está dando nos quita del circuito conocido, de aquél péndulo político binario. La única manera de contrastar tanto desenfreno egoico es desde su opuesto: la comunidad, la disidencia, la inteligencia vincular.

No aferrarse a lo conocido implica tener el coraje de descubrirse por fuera de las referencias previas. Empezar un proceso nuevo es un riesgo, porque no tenemos posibilidades de predecir o controlar lo que sucede. Durante el año están las instancias para generar los quiebres necesarios, las batallas y oportunidades para dar rienda a un nuevo proceso, a una nueva identidad y maneras más inteligentes de relacionarnos.

¡Que así sea! Les abrazo, y que algo de esto les sirva.

Nos leemos, nos sentimos

Cariños, XSIS